Quien haya tenido la oportunidad de leer este artículo de J.M. Díaz le bastará solo leer las primeras frases para darse cuenta de que esto no es periodismo.
"Como un poseído, con los ojos fuera de sí, Mourinho saltó disparado del cuadrilatero reservado para el entrenador en dirección la otra zona del campo".
Mourinho no es precisamente un personaje que sea ejemplo de actitud (para mí es el Stoichkov de los banquillos), pero ir a celebrar una victoria tan importante como difícil para su equipo habría hecho saltar creo que hasta al mismo Pellegrini que es casi una momia de las reacciones.
Nada, ni si quiera Mourinho debería justificar la violencia, y si los seguidores del Inter pagaron sus bien caras entradas y se tiraron el palo de viajar de su ciudad a Barcelona, también tienen derecho de celebrarlo.
El tema de Valdés, los aspersores y demás fue mucho mejor tratado por este personaje tan extraño que es Mourinho (lo cual no dejó de sorprenderme porque pasó de largo ambos temas en la entrevista) que por la propia redacción de Sport.
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